El verano es una época de descanso y diversión para muchas personas. Es un momento para viajar, pasar tiempo con la familia y los amigos, y relajarse. Sin embargo, para algunas parejas, el verano puede ser una época de estrés y tensión que puede conducir al divorcio.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España, la tasa de divorcios se incrementan un 20% en los meses de septiembre y octubre. Esto sugiere que, efectivamente, hay más divorcios después del verano.
¿Cuáles son las razones del aumento de divorcios después del verano?
Hay una serie de factores que pueden contribuir a ello, entre los que se incluyen:
- La convivencia prolongada: Durante las vacaciones, las parejas suelen pasar más tiempo juntas que durante el resto del año. Esto puede poner a prueba la relación, especialmente si hay problemas subyacentes.
- Las expectativas no cumplidas: Las vacaciones suelen ser una época de grandes expectativas. Las parejas esperan pasar tiempo de calidad juntos, relajarse y disfrutar de la vida. Sin embargo, si estas expectativas no se cumplen, puede conducir a la frustración y la decepción.
- Las infidelidades: El verano es una época en la que las personas suelen estar más relajadas y abiertas a nuevas experiencias. Esto puede aumentar el riesgo de infidelidades, que pueden provocar el divorcio.
- Los problemas financieros: Las vacaciones pueden ser una época de grandes gastos. Si las parejas no están preparadas para ello, puede conducir a problemas financieros que pueden poner en peligro la relación.
La convivencia prolongada
La convivencia prolongada es uno de los factores más importantes que puede contribuir al aumento de los divorcios después del verano. Durante el resto del año, las parejas suelen estar ocupadas con el trabajo, los estudios o los niños. Esto significa que tienen poco tiempo para pasar juntos y, cuando lo hacen, suele ser en momentos reducidos y presionados.
En verano, por el contrario, las parejas tienen más tiempo para estar juntas. Esto puede ser una oportunidad para fortalecer la relación, pero también puede ser una fuente de estrés. Si hay problemas subyacentes en la relación, estos pueden salir a la luz durante la convivencia prolongada.
Las expectativas no cumplidas
Las vacaciones suelen ser una época de grandes expectativas. Las parejas esperan pasar tiempo de calidad juntos, relajarse y disfrutar de la vida. Sin embargo, si estas expectativas no se cumplen, puede conducir a la frustración y la decepción.
Por ejemplo, una pareja puede tener la expectativa de ir de viaje a un lugar exótico. Sin embargo, si no pueden permitirse el viaje o si no encuentran un destino que les guste, pueden sentir que sus expectativas no se han cumplido. Esto puede conducir a la tensión y la frustración, que pueden dañar la relación.
Las infidelidades
El verano es una época en la que las personas suelen estar más relajadas y abiertas a nuevas experiencias. Esto puede aumentar el riesgo de infidelidades, que pueden provocar el divorcio.
Por ejemplo, una pareja puede encontrarse de vacaciones en un lugar nuevo y emocionante. En este contexto, puede ser más fácil que una de las personas de la pareja se sienta atraída por otra persona. Si la infidelidad se descubre, puede conducir a la ruptura de la relación.
Los problemas financieros
Las vacaciones pueden ser una época de grandes gastos. Si las parejas no están preparadas para ello, puede conducir a problemas financieros que pueden poner en peligro la relación.
Por ejemplo, una pareja puede tener la expectativa de pasar un verano de lujo. Sin embargo, si no tienen el presupuesto para ello, pueden verse obligados a recortar gastos o incluso a pedir un préstamo. Esto puede conducir a la tensión y la ansiedad, que pueden dañar la relación.
¿Qué pueden hacer las parejas para prevenir los divorcios después del verano?
Hay una serie de cosas que las parejas pueden hacer para prevenir el divorcio después del verano. Estas incluyen:
- Hablar de los problemas: Si hay problemas subyacentes en la relación, es importante hablar de ellos antes de las vacaciones. Esto ayudará a que la pareja esté preparada para afrontarlos de forma constructiva.
- Establecer expectativas realistas: Es importante establecer expectativas realistas para las vacaciones. Las parejas no deben esperar que todo sea perfecto.
- Ser flexibles: Las cosas no siempre salen como se planean. Es importante ser flexibles y estar dispuestos a cambiar los planes si es necesario.
- Comunicarse: La comunicación es esencial en cualquier relación. Es importante comunicarse de forma abierta y honesta, tanto durante las vacaciones como fuera de ellas.
Si una pareja tiene problemas para afrontar los desafíos que el verano puede presentar a su relación, puede ser útil buscar ayuda profesional. Un terapeuta puede ayudar a la pareja a comunicarse mejor, resolver sus problemas y fortalecer su relación. Pero si la situación se convierte en irreconciliable, es necesario acudir a una abogada que pueda ayudar a hacer menos traumático el proceso de separación o divorcio.
Si se decide optar por el divorcio conviene estar bien asesorado
El divorcio es un proceso que puede resultar más o menos complejo y que puede plantear un gran número de preguntas.
Dependiendo si se tienen hijos menores de edad, puede resultar más complejo ya que habrá que determinar el régimen de custodia, la vivienda familiar, las medidas provisionales, el régimen de visitas de los hijos, la pensión de alimentos, el convenio regulador…
Otros aspectos que hay que determinar es la liquidación del régimen económico matrimonial, la existencia de bienes privativos de los cónyuges, si se ha cobrado una herencia, una indemnización por despido o por accidente de tráfico,.. si corresponde la pensión compensatoria o indemnización en compensación por el trabajo doméstico del cónyuge…
Por ello, es importante contar con MJPeraza, experta en derecho de familia, quien puede asesorarte en orden a valorar la situación y cómo enfocar el proceso de divorcio.
Abogada Colegiada del Ilustre Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife, y en ejercicio desde el año 1993 como especialista en Derecho Civil, posee amplia experiencia en el sector de la construcción al contar entre sus clientes con importantes empresas del sector, por lo que son dilatados sus conocimientos en contratos de ejecución de obra, defectos de la construcción y reclamación de responsabilidades a los agentes de la construcción, así como en el derecho de propiedad, servidumbres, permutas, compraventas, opciones de compra.
Igualmente relevante es su trabajo como abogada de familia y especialmente en los procedimientos de establecimiento, modificación y extinción de medidas paternofiliales, y sus amplios conocimientos y formación en materia sucesoria (partición hereditaria, reclamación de legítima, impugnación testamentaria).